Desde el año 2013, ciertos pensionistas tienen la opción de percibir su pensión de jubilación y, al mismo tiempo, continuar laborando en su propio negocio o para otra empresa. Este concepto se conoce como jubilación activa. Si te interesa recibir tu pensión y al mismo tiempo mantener una actividad por cuenta propia o ajena, es importante que conozcas en qué consiste la jubilación activa y los requisitos que debes cumplir para optar a ella.
La jubilación activa posibilita la combinación de la pensión por jubilación y la actividad profesional, ya sea propia o para otra compañía, a tiempo completo o parcial. El objetivo de esta forma de jubilación es fomentar el envejecimiento activo y aumentar la sostenibilidad del sistema de pensiones.
La nueva Ley 6/2017 de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo, aprobada el 24 de octubre, ha mejorado la compatibilidad entre la pensión y el trabajo autónomo. Los pensionistas que se acojan a la jubilación activa y trabajen por cuenta propia podrán recibir el 100% de la cuantía de la pensión, siempre y cuando demuestren tener al menos un trabajador contratado.
En primer lugar, el acceso a la pensión se producirá tras haber cumplido la edad establecida por la ley. En el año 2018, la edad ordinaria es de 65 años si se ha cotizado durante al menos 36 años y 6 meses, o de 65 años y 6 meses si se ha cotizado menos de 36 años y 6 meses.
En segundo lugar, el solicitante debe haber alcanzado la pensión máxima que le corresponda. Desde el año 2015, se obtiene al acreditar un periodo mínimo de cotización de 35 años y 6 meses. Este periodo se encuentra en proceso de aumento gradual y, desde 2027, se requerirán al menos 37 años cotizados.
Los jubilados que se hayan decidido por la jubilación anticipada o reciban bonificaciones no podrán optar por esta modalidad de jubilación.
Durante la modalidad de jubilación activa, la pensión equivaldrá al 50% del importe establecido en el reconocimiento inicial, después de aplicar el límite máximo de la pensión pública o del importe que se esté recibiendo en ese momento. Este sistema comienza cuando se comienza a combinar la jubilación con el trabajo y el complemento por mínimos está excluido en todos los casos, sin importar el tipo de trabajo o la jornada laboral del jubilado.
La pensión se revalorizará anualmente de acuerdo a lo establecido por ley. Durante el tiempo que dure esta modalidad de jubilación, la suma de la pensión y las revalorizaciones correspondientes se reducirán en un 50%. Además, si se disfruta del régimen de jubilación activa, no se podrá solicitar el complemento a mínimos.
Los trabajadores autónomos pueden recibir la misma cantidad que los asalariados.
Antes de la entrada en vigor de la Ley del 26 de octubre de 2017, la jubilación activa equivalía al 50% de la pensión reconocida. Sin embargo, se han ampliado las opciones para el disfrute de la jubilación activa con la nueva ley:
Una vez que el pensionista deje de trabajar, comenzará a percibir íntegramente la pensión de jubilación. Las cotizaciones realizadas durante la jubilación activa (contingencias profesionales, incapacidad temporal y cotización de solidaridad) no generarán nuevos derechos.
Las personas que se acojan a la jubilación activa solo cotizarán a la Seguridad Social por incapacidad temporal y contingencias profesionales, además de una cotización especial de solidaridad del 8%. En el caso de los trabajadores por cuenta ajena, la cotización se distribuirá entre el empresario (un 6%) y el trabajador (un 2%).
La jubilación activa es una opción que puede resultar efectiva para el cierre de un negocio por parte de un autónomo. Asimismo, puede ser una alternativa adecuada si el futuro pensionista desea vender o transferir su negocio antes de retirarse de manera definitiva.
A pesar de que la jubilación activa implica renunciar a la mitad de la pensión, el hecho de seguir trabajando le proporciona ingresos adicionales al pensionista. Además, mantener cierta actividad laboral puede resultar muy beneficioso para la salud física y mental.
La elección de la jubilación activa como autónomo dependerá de varios factores y de los beneficios que cada persona pueda obtener de esta modalidad. En definitiva, la figura del pensionista activo es muy ventajosa para el sistema, ya que reduce la carga del sistema de pensiones y sigue contribuyendo mediante el pago de impuestos. Para el trabajador, esto significa que puede prolongar su vida laboral de forma flexible, ya sea trabajando por cuenta propia o ajena.
