Muchas personas sueñan con tener su propio negocio. Con un préstamo del banco u otra fuente de financiación, es posible montar uno propio.
El proceso puede ser un poco complicado al principio, especialmente si se es autónomo, pero no tiene por qué serlo.
En este artículo, exploraremos cómo conseguir un préstamo sin sueldo ni aval, una situación común entre los emprendedores.
Sí, es posible obtener un préstamo sin sueldo. Hay varias maneras de hacerlo, pero normalmente tendrás que tener alguna otra fuente de ingresos, como un trabajo a tiempo parcial o inversiones.
Esto se debe a que la mayoría de los prestamistas exigen que tengas una fuente de ingresos para empezar a repartir algo de dinero. Sin embargo, si no tienes un sueldo regular, puede ser difícil que te aprueben un préstamo sin sueldo. En última instancia, dependerá de tu situación y de los detalles de tu solicitud.
Las peculiaridades que hacen que estos préstamos puedan concederse sin tener una una nómina que respalde su devolución son los siguientes:
Estos préstamos tienen unas características especiales que simplifican su solicitud y aprobación a través de la exigencia de unas condiciones a cumplir muy bajos. Al tener tantas facilidades, tienen que suplir el riesgo de impago con intereses, comisiones y gastos algo elevados.
Los requisitos son menos exigentes que los de un préstamo personal de una entidad bancaria tradicional. Sea como fuere, hay muchos puntos en común:
Algunas empresas estudian el historial crediticio para buscar impagos o pertenencia al ASNEF (Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito). De este modo, tanto la aprobación como la denegación de la solicitud dependerá de sus criterios.
Como toda financiación, los préstamos que no requieren de una nómina para ser aprobados también conllevan riesgos.
Es vital que antes de hacer la solicitud del mismo se esté seguro de que se necesita el dinero extra.
A causa de la naturaleza de dichos préstamos, al contar con unas condiciones de aprobación tan bajos el riesgo para la compañía se incrementa, y este se traslada al cliente (intereses y costes a pagar).
Si no es el primer préstamo que se pide con la compañía, el interés que habrá que pagar por disfrutar del dinero será más alto que en los préstamos personales tradicionales.
Lógicamente, esto incrementa el riesgo que el solicitante tiene de no poder devolverlo y contraer una deuda con la entidad, que no dudará en usar todos los medios posibles para cobrar e, incluso, inscribir al cliente en ASNEF.
Asimismo, si se ha presentado un aval, el impago podría hacer que la entidad exigiera al avalista que afronte la deuda, con el pertinente perjuicio para la persona. Además, si se ha ofrecido como garantía un bien, también podría acabar embargado.
En resumen, conseguir un préstamo sin nómina es algo serio que puede ser crucial para la situación financiera futura, por lo que hay que actuar con cautela al hacerlo.
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