Redefine tu carrera en España: menos impuestos, más oportunidades
La Ley Beckham es un régimen fiscal en España que ofrece ventajas fiscales a trabajadores extranjeros cualificados, permitiéndoles pagar impuestos como no residentes a un tipo fijo reducido durante los primeros seis años en el país.
Esta ley busca atraer talento internacional y fomentar el crecimiento de empresas, especialmente startups, mediante condiciones fiscales favorables y la reciente introducción de un visado para nómadas digitales. La actualización de esta ley facilita la incorporación de profesionales y sus familias, promoviendo así la inversión y el desarrollo económico en España.
Estas ventajas hacen de la Ley Beckham un régimen fiscal atractivo para atraer talento internacional a España, beneficiando tanto a los trabajadores desplazados como a las empresas emergentes y consolidadas que buscan incorporar talento global.
Los beneficiarios pagan un tipo fijo del 24% en lugar de los tipos progresivos aplicables a los residentes, hasta los primeros 600.000€ de renta. Para ingresos que superen este importe, el tipo es del 45%.
El cónyuge e hijos menores de 25 años, así como los hijos discapacitados sin límite de edad o incluso el progenitor del empleado desplazado (si no existe vínculo matrimonial), pueden beneficiarse de este régimen si cumplen con ciertos requisitos.
Con la Ley de Startups, se facilita la obtención de visados y residencia para trabajadores cualificados de startups y nómadas digitales, promoviendo el teletrabajo internacional.
Se reduce de 10 a 5 años el tiempo durante el cual el individuo no debe haber sido residente fiscal en España antes de su llegada para poder acogerse al régimen.
Al ser considerados como no residentes para fines del IRPF, los beneficiarios también pueden disfrutar de un tratamiento fiscal favorable en el impuesto sobre sucesiones y donaciones.
Las ganancias obtenidas por dividendos o la venta de bienes están sujetas a un tipo fijo del 19%, lo que puede representar un ahorro significativo.
Los beneficiarios solo tributan por los ingresos obtenidos en España, evitando la obligación de pagar impuestos sobre la renta mundial.
El impuesto sobre el patrimonio se limita a las propiedades mantenidas dentro del territorio español.
Se permite obtener hasta un 15% de los ingresos totales del extranjero, manteniendo el estatus fiscal preferente dentro de España.