La doble imposición ocurre cuando una misma persona o empresa tiene que pagar impuestos dos veces por un mismo ingreso o actividad, lo cual resulta bastante injusto y molesto.
Ya de por sí, los impuestos que tienen que afrontar los autónomos, las empresas y los ciudadanos en general no son bajos… así que imagina lo que supone tener que tributar lo mismo dos veces. Para evitar esta situación, muchos países firman acuerdos entre ellos —llamados convenios de doble imposición— que sirven para coordinarse y evitar este problema.
Tanto las empresas como los trabajadores por cuenta propia (autónomos) o cualquier persona que gana dinero por su trabajo o actividad profesional tienen que pagar impuestos en el país donde se generan esos ingresos.
Sin embargo, en algunas ocasiones puede darse la situación de que un mismo ingreso esté obligado a tributar dos veces, ya sea en el mismo país o en dos diferentes. Esto es lo que se conoce como doble imposición.
Este tipo de casos se consideran poco justos y nada prácticos, ya que hacen que el contribuyente tenga que pagar dos veces por lo mismo. Para evitarlo, existen acuerdos entre países o mecanismos que corrigen esta situación y reparten la carga fiscal de forma más equilibrada.
Aunque no lo parezca, hay situaciones en las que Hacienda —ya sea en España o en otro país— puede pedirte que pagues impuestos dos veces por un mismo ingreso. Esto se llama doble imposición, y puede darse de dos formas diferentes: jurídica y económica.
Este tipo de doble imposición pasa cuando una misma persona tiene que tributar por los mismos ingresos en dos países distintos. Suele ocurrir cuando se vive a caballo entre dos lugares o cuando se genera dinero en un país distinto al de residencia habitual.
Juan ha pasado siete meses de 2024 viviendo en Alemania y cinco en España. Tiene una casa en cada país, pero su familia vive en España. Además, trabaja en Alemania y alquila una vivienda en España, de la que obtiene ingresos.
¿El problema? Tanto Alemania como España le consideran residente fiscal, así que ambos países le reclaman que pague impuestos por todos sus ingresos, sin importar dónde se generen.
Imagina que Juan vive en España, pero sus únicos ingresos vienen del alquiler de unos pisos que tiene en Francia.
España le va a exigir que tribute por todos sus ingresos mundiales, porque tiene aquí su residencia fiscal. Pero Francia también querrá cobrar impuestos por esas rentas de alquiler, ya que los inmuebles están allí. Resultado: Juan puede acabar pagando impuestos dos veces por el mismo dinero.
Este caso se da cuando una misma renta paga impuestos, pero en manos de personas distintas. Es muy común en el mundo empresarial.
Por ejemplo, una empresa paga el Impuesto de Sociedades por los beneficios que genera. Pero si después reparte parte de ese dinero entre sus socios en forma de dividendos, ellos también tendrán que declarar y pagar por esa misma renta en su declaración de la renta (IRPF).
Así que, aunque el origen del dinero es el mismo (la actividad de la empresa), se termina pagando dos veces: primero la empresa, y después sus accionistas.
Para que no tengas que pagar impuestos dos veces por el mismo ingreso cuando trabajas o tienes rentas en el extranjero, existen los convenios para evitar la doble imposición, también conocidos como CDI. Son acuerdos firmados entre países con el objetivo de poner orden en estas situaciones fiscales tan injustas.
¿Qué se busca con estos convenios?
¿Qué suelen incluir estos acuerdos?
¿Con quién tiene España estos convenios?
España ha firmado más de 100 convenios de este tipo con países de todo el mundo. La mayoría ya están activos, aunque algunos todavía están pendientes de aprobación definitiva.
Entre ellos están nuestros principales socios comerciales: países de la Unión Europea, Estados Unidos, China, Japón, México, Brasil, Argentina, Canadá, Rusia, India, Australia, Suiza… y muchos más.
Aunque el tema suene complicado, lo cierto es que existen soluciones para no tener que pagar impuestos por duplicado cuando se trabaja o se obtienen rentas en el extranjero. Los convenios para evitar la doble imposición (CDI) incluyen mecanismos que ayudan a que esto no ocurra
Los dos métodos más habituales que recogen estos acuerdos son los siguientes:
Con este sistema, el país donde vives decide no aplicar impuestos sobre ciertos ingresos que ya han tributado en el extranjero. Es decir, si ya has pagado en el país donde generaste el dinero, aquí no tienes que volver a hacerlo.
Hay dos formas de aplicar esta exención:
Ejemplo práctico: María vive en España, pero trabajó unos meses en Francia y ganó 15.000 euros. Allí ya pagó un 20% en impuestos. Gracias al acuerdo entre España y Francia, esos ingresos no vuelven a tributar aquí, porque ya han pasado por Hacienda en Francia.
Este sistema funciona de otra manera. Aquí, el país en el que resides sí te exige tributar por todos tus ingresos (aunque vengan de fuera), pero te permite restar lo que ya has pagado en el extranjero. Esa cantidad se descuenta de lo que tendrías que pagar aquí, así que se evita la doble carga impositiva.
Hay dos formas de aplicar este crédito:
La doble imposición puede parecer un galimatías fiscal, pero en realidad es una situación que afecta a muchas personas que trabajan o reciben ingresos del extranjero. Afortunadamente, gracias a los convenios internacionales, existen mecanismos para evitar pagar dos veces por lo mismo, ya sea a través de la exención o del crédito fiscal.
Entender cómo funciona este sistema es clave si eres autónomo, tienes propiedades fuera de España o trabajas para una empresa internacional. Y si, además, te estás planteando beneficiarte de la cuota cero como nuevo trabajador por cuenta propia, es todavía más importante tener todo claro desde el principio para no llevarte sorpresas con Hacienda.
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