Cuando eres autónomo, una de las decisiones más importantes que debes tomar al presentar tus impuestos es elegir entre el régimen de estimación directa y el de estimación objetiva. Esta elección determinará cómo se calculará el Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas (IRPF) que debes pagar.
Es fundamental tributar en el régimen adecuado a tu actividad para calcular correctamente tus ingresos, gastos y cumplir con tus obligaciones fiscales. Sin embargo, cada régimen tiene sus propias ventajas y características, y la elección correcta dependerá de las circunstancias particulares de tu negocio.
En este artículo, te explicaremos todo lo que necesitas saber sobre la estimación directa.
El método de estimación directa para calcular impuestos se basa en los ingresos y gastos reales del negocio durante el año fiscal. De esta forma, se determina el beneficio o pérdida neto del negocio al restar los gastos deducibles de la actividad. Además, el autónomo puede deducir ciertos gastos como el alquiler de oficinas, suministros y gastos de viaje, entre otros.
Para acogerse a este régimen, el autónomo debe cumplir con los siguientes requisitos:
Es relevante señalar que el régimen de estimación directa cuenta con dos modalidades: normal y simplificada.
La modalidad de estimación directa normal implica que la contabilidad debe ajustarse al Código de Comercio, lo cual puede complicar bastante la situación.
Si eres un autónomo con una facturación no muy elevada, te resultará más fácil optar por la modalidad de estimación directa simplificada.
Como requisito para acogerse a esta modalidad, no se pueden llevar a cabo actividades cuyo importe de facturación del año anterior haya superado los 600.000 €.
Si eliges la estimación directa simplificada, recuerda que debes presentar declaraciones de IRPF cada trimestre utilizando el modelo 130.
En la modalidad de estimación directa normal se permite seleccionar el sistema de amortización fiscal (lineal, acelerada, regresiva, etc.). En la modalidad simplificada, la amortización se realiza de forma lineal, es decir, de manera constante durante toda la vida útil de los bienes a amortizar.
Sin embargo, en el régimen de estimación directa normal no se permite que un autónomo deduzca lo que se conoce como "gastos de difícil justificación".
A continuación se detallan las principales diferencias entre el régimen de estimación directa y el de estimación objetiva para que puedas elegir el que mejor se adapte a las necesidades y situación de tu negocio.
En resumen, mientras que la estimación objetiva ofrece una gestión fiscal más sencilla y una mayor previsibilidad en el pago de impuestos, la estimación directa permite una mayor flexibilidad y la posibilidad de deducir más gastos.
Ya sabes lo que es la estimación objetiva, pero puede que todavía no sepas cuál es la mejor opción para ti. Si después de leer este artículo no estás seguro, en Asesorae podemos ayudarte sin ningún tipo de compromiso.
Analizaremos tu caso y te explicaremos tus opciones, incluyendo si existen requisitos específicos para tu situación. Si hay varias opciones, te recomendaremos la más beneficiosa para ti en función de tus ingresos futuros.
Es importante tomar una decisión informada, ya que una vez que elijas una forma de declaración de IRPF, debes mantenerla durante al menos tres años.
Comparte esta noticia en tus redes