Una de las principales preocupaciones de las empresas es el riesgo de enfrentar una posible suspensión de pagos. A menudo, esto se debe a una mala planificación y, sobre todo, a que los tesoreros no han sido capaces de prever que esta situación pueda ocurrir en la actividad diaria de una empresa.
Por fortuna, la contabilidad y las matemáticas nos proporcionan fórmulas para detectar situaciones financieras problemáticas relacionadas con el manejo de la liquidez en una empresa. Uno de los indicadores más relevantes es el ratio de tesorería.
Relacionado con el presupuesto de tesorería, el ratio de tesorería es una métrica financiera que evalúa la habilidad de una empresa para satisfacer sus deudas a corto plazo mediante sus activos líquidos. Esta medida resulta valiosa para analistas financieros e inversionistas interesados en evaluar la solvencia y la estabilidad financiera de una empresa.
El ratio de tesorería se emplea para determinar en qué medida una empresa puede cumplir con sus compromisos financieros a corto plazo, considerando sus activos líquidos disponibles, como el efectivo y los equivalentes de efectivo. Resulta una herramienta valiosa para inversionistas y acreedores al momento de evaluar la solidez financiera de una empresa y tomar decisiones informadas respecto a inversión o financiamiento.
El ratio de tesorería se calcula al dividir los activos líquidos de una empresa (como efectivo, equivalentes de efectivo y valores negociables a corto plazo) entre sus pasivos a corto plazo (como préstamos bancarios, cuentas por pagar a proveedores y otros compromisos a corto plazo).
Matemáticamente, la fórmula del ratio de tesorería es la siguiente:
Ratio de tesorería = (Activos disponibles + activos realizables) / Pasivo corriente
Donde:
A nivel contable, se considera como corto plazo aquellos activos o pasivos que vencen en un periodo inferior a un año. El resultado de este cálculo indica cuántos euros en activos líquidos tiene la empresa disponible para pagar cada dólar en deuda a corto plazo.
El valor obtenido mediante la fórmula del ratio de tesorería es clave para su interpretación. Si el valor es alto, indica que la empresa tiene una buena posición de tesorería, es decir, que cuenta con suficientes activos líquidos para hacer frente a sus obligaciones financieras a corto plazo. Si, por el contrario, el valor es bajo, la empresa puede tener dificultades para cumplir con sus compromisos financieros a corto plazo.
En general, se considera que un valor de 1 es el adecuado para el ratio de tesorería. Si el valor es superior a 1, significa que la empresa tiene suficientes activos líquidos para cubrir sus pasivos a corto plazo. Si el valor es inferior a 1, indica que la empresa no tiene suficientes activos líquidos para hacer frente a sus pasivos a corto plazo.
En la mayoría de las empresas, se considera que el valor óptimo del ratio de tesorería debe ser ligeramente superior a "1". De esta manera, el activo corriente disponible es suficiente para cubrir sus pasivos a corto plazo, aunque se deja un margen para evitar que cualquier imprevisto pueda reducir el ratio de tesorería por debajo de "1".
En general, si el ratio de tesorería es inferior a "0,3", la empresa debe tomar medidas urgentes como las siguientes:
Sin embargo, un ratio de tesorería demasiado elevado tampoco es eficiente. Si es superior a 2, significa que existe un exceso de liquidez, lo que puede perjudicar la rentabilidad de la empresa. En este caso, la empresa debería tomar medidas, como invertir parte del activo corriente en inversiones que generen cierto rendimiento.
El ratio de tesorería es una herramienta financiera clave para analizar la capacidad de una empresa para hacer frente a sus obligaciones de pago a corto plazo. Un valor adecuado del ratio de tesorería, por encima de 1, indica que la empresa cuenta con suficiente liquidez para afrontar sus compromisos, pero con un cierto margen de seguridad.
Un valor bajo del ratio de tesorería, por debajo de 1, sugiere que la empresa puede tener dificultades para cumplir con sus obligaciones a corto plazo y que necesita tomar medidas para mejorar su posición de liquidez. Un ratio de tesorería demasiado alto puede indicar una excesiva liquidez, lo que perjudica la rentabilidad de la empresa.
En general, es recomendable mantener un equilibrio adecuado entre la liquidez y la rentabilidad de la empresa, y para ello es necesario monitorizar y analizar el ratio de tesorería de forma regular y tomar las medidas oportunas en caso de que se desvíe del valor óptimo.
