Cuando intentas saber si un negocio realmente funciona bien, lo normal es fijarse en cosas como el margen de beneficio, el EBITDA o el retorno de la inversión. Pero hay otro dato que muchas veces pasa desapercibido y que es clave para entender si una empresa está aprovechando bien su dinero: el ROCE, que en español se traduce como Retorno sobre el Capital Empleado.
Este indicador es muy útil tanto para quienes tienen una empresa como para los que están pensando en invertir en una, porque permite medir con más precisión cómo se está usando el dinero invertido para generar beneficios.
El ROCE es una fórmula que sirve para calcular qué rendimiento ha obtenido una empresa en relación con todo el dinero que ha puesto en marcha para funcionar. Es decir, muestra cuántos euros gana la empresa por cada euro que ha invertido, ya sea dinero propio o dinero prestado.
A diferencia de otros indicadores como el ROE (que solo tiene en cuenta el dinero de los socios o propietarios), el ROCE mira el conjunto completo del capital que se ha utilizado, incluyendo tanto los recursos propios como los préstamos o deudas.
Esto lo convierte en una herramienta muy interesante, sobre todo en empresas que tienen muchas inversiones en maquinaria, inmuebles o infraestructuras, o que han pedido préstamos importantes para poder crecer.
¿Cómo se entiende con un ejemplo? Imagina que tienes una empresa y entre lo que tú has puesto y lo que has financiado con préstamos, has invertido un total de 10 millones de euros. Si al acabar el año has conseguido un beneficio operativo de 2 millones, el ROCE te dice qué tal lo has hecho con esa inversión. En este caso, te estaría diciendo que por cada euro que has invertido, has ganado 20 céntimos. No está nada mal, ¿verdad?
Aunque su nombre pueda sonar complicado, calcular el ROCE (Retorno sobre el Capital Empleado) es más fácil de lo que parece. Basta con aplicar una fórmula muy directa:
ROCE = Beneficio operativo ÷ Capital empleado × 100
Vamos a explicarlo paso a paso para que quede claro.
¿Qué se tiene en cuenta?
Imagina una empresa que:
Aplicamos la fórmula:
500.000 ÷ 2.000.000 = 0,25
0,25 × 100 = 25%
Esto significa que, por cada euro que se ha invertido en el negocio, se han generado 25 céntimos de beneficio. Cuanto mayor sea este porcentaje, mejor está funcionando la empresa en términos de rentabilidad.
El ROCE puede sonar a cosa de expertos, pero en realidad es una herramienta muy útil para entender si una empresa está aprovechando bien el dinero que ha invertido. No se trata solo de saber si da beneficios, sino de ver cuánto rinde cada euro invertido. Y eso marca la diferencia.
Estas son algunas de las razones por las que merece la pena tenerlo en cuenta:
Dos empresas pueden ganar lo mismo, pero si una ha necesitado mucho más dinero para conseguirlo, no es tan eficiente. El ROCE mide justo eso: cómo de bien se está utilizando el capital para sacar beneficios. Cuanto más alto sea, mejor está funcionando el negocio con los recursos que tiene.
En sectores donde hace falta invertir mucho al principio —como la industria, la energía o las telecomunicaciones—, el ROCE es muy útil para comparar. Si varias empresas se dedican a lo mismo, puedes ver cuál está gestionando mejor su dinero, lo que puede ser clave si estás pensando en invertir o en montar algo parecido.
Cuando el ROCE es más alto que el coste de financiar ese capital (lo que se conoce como WACC), significa que la empresa no solo gana dinero, sino que lo hace de forma rentable, generando valor. Pero si el ROCE es más bajo que ese coste, puede ser señal de que el negocio no está siendo tan rentable como parece.
Hay muchas formas de medir cómo va una empresa: el ROE, el ROI, los márgenes… Pero el ROCE va un paso más allá porque también tiene en cuenta las deudas. Así puedes hacerte una idea más real de la rentabilidad general del negocio.
No existe un número mágico que nos diga si el ROCE es bueno o malo en todos los casos. Todo depende del tipo de negocio y de cómo esté organizada la empresa. Aun así, hay algunas referencias generales que pueden ayudarte a interpretarlo.
Más allá del número puntual, es clave mirar si el ROCE se mantiene estable o mejora año tras año. Si una empresa consigue sostener un ROCE alto durante varios ejercicios, es señal de que está gestionando bien sus recursos. En cambio, si ves que el ROCE va bajando progresivamente, puede que algo no esté funcionando: desde una mala gestión hasta inversiones que no están dando frutos.
El ROCE es una herramienta muy útil para saber si una empresa está sacando partido al dinero que ha invertido. Sin embargo, como pasa con casi todo, también tiene sus puntos débiles, y es importante tenerlos en cuenta para no sacar conclusiones equivocadas.
El ROCE se calcula con datos del pasado, así que no refleja si la empresa va a crecer o no en los próximos años. Puede mostrar una imagen muy buena hoy, pero no garantiza que esa rentabilidad se mantenga.
Si una empresa lleva tiempo funcionando y sus activos ya están totalmente amortizados, es posible que el ROCE salga muy alto simplemente porque el capital invertido parece menor de lo que fue en realidad. Eso puede dar una falsa impresión de eficiencia.
Los negocios que están empezando o que están en plena fase de expansión suelen tener mucha inversión inicial y pocos beneficios todavía. En estos casos, el ROCE puede salir bajo, pero eso no significa que el proyecto no tenga futuro. Solo que aún está en proceso de despegar.
Comparar el ROCE de una empresa tecnológica con el de una empresa del sector industrial no tiene mucho sentido, porque los niveles de inversión y de capital necesario son muy diferentes. Para que la comparación sea útil, hay que hacerlo siempre entre negocios similares.
Sí, el ROCE sigue siendo una herramienta clave para valorar si una empresa está utilizando bien su capital, sobre todo en sectores donde se necesita mucha inversión inicial (como fábricas, energía, transportes, etc.).
Eso sí, no es un indicador perfecto. Lo ideal es complementarlo con otras métricas como el ROE o el ROI para tener una visión más completa. Aun así, un ROCE alto y estable en el tiempo suele ser una muy buena señal de que la empresa está bien gestionada y sabe generar valor con lo que tiene.
Si estás pensando en invertir en una empresa, o simplemente quieres analizar mejor la rentabilidad de tu propio negocio, no pierdas de vista esta métrica. Porque al final, no se trata solo de cuánto ganas, sino de cómo de bien aprovechas cada euro que has puesto en juego.
Aunque el ROCE suene a jerga financiera, hay algunos datos que lo convierten en una herramienta muy útil para entender qué empresas están gestionando bien su dinero. Aquí te dejamos algunas estadísticas interesantes para que veas su impacto real, sobre todo si estás valorando invertir o simplemente quieres conocer mejor cómo funciona el mundo empresarial.
Un estudio que analizó el comportamiento de 91 empresas españolas cotizadas (no financieras) entre marzo de 2021 y marzo de 2022 encontró algo muy revelador:
Esto sugiere que las empresas que mejor utilizan su capital suelen dar mejores resultados a sus accionistas.
Actualmente, hay al menos 18 empresas del IBEX y del mercado continuo que tienen un ROCE de dos cifras, y además cuentan con recomendaciones de compra por parte de analistas financieros. Es decir, no solo están gestionando bien sus recursos, sino que además se ven como una buena oportunidad de inversión.
¿Te suenan nombres como Logista, Atresmedia o Viscofan? Pues todas ellas están entre las que mejor rendimiento sacan a su capital.
Logista, por ejemplo, tiene previsto alcanzar un ROCE del 31,08% en 2024.
Atresmedia y Viscofan también destacan con cifras de 17,88% y 17,83%, respectivamente.
Estos porcentajes reflejan que por cada euro que invierten, están obteniendo beneficios significativos, lo cual es señal de buena salud empresarial.
Cuando el ROCE es alto, significa que la empresa está generando beneficios de forma eficiente, sin malgastar recursos. Por ejemplo, un ROCE del 20% quiere decir que por cada euro invertido, se obtienen 20 céntimos de beneficio operativo. Y eso, desde el punto de vista del inversor, es oro puro.
Hay que tener en cuenta que el ROCE varía mucho según el tipo de negocio.
Por eso, si estás comparando empresas, hazlo siempre dentro del mismo sector. Solo así podrás saber si realmente están aprovechando bien su capital.
Si estás empezando a familiarizarte con conceptos como el ROCE o el ROE, tranquilo: aquí te aclaramos las dudas más comunes, con palabras sencillas y ejemplos fáciles de entender. Vamos a ello:
El ROE (siglas de Return on Equity) indica cuánto beneficio consigue una empresa con el dinero que han puesto los socios o accionistas. Es decir, mide la rentabilidad sobre los fondos propios.
El ROCE (Return on Capital Employed), en cambio, mide la rentabilidad en función de todo el capital que usa la empresa, tanto el propio como el que ha pedido prestado a largo plazo (por ejemplo, préstamos o financiación externa).
En resumen: el ROE mira solo el dinero de los accionistas, y el ROCE analiza el conjunto total del capital invertido. Este último da una visión más global sobre la eficiencia de la empresa.
No hay una cifra mágica que sirva para todos los casos, ya que depende mucho del tipo de empresa y del sector en el que opere. Aun así, como orientación general:
Lo más recomendable es compararlo con otras empresas del mismo sector y con el llamado coste medio del capital (WACC). Si el ROCE supera ese coste, significa que la empresa está creando valor.
El ROE nos dice qué rendimiento saca la empresa al dinero que han puesto los accionistas. Se calcula dividiendo el beneficio neto entre los fondos propios.
Un ROE alto es, en principio, una buena señal: significa que la empresa está sacando bastante provecho al dinero que tiene invertido. Pero ¡ojo! A veces puede estar “inflado” si la empresa tiene mucha deuda, lo que supone más riesgo financiero.
No, aunque ambos miden rentabilidad, no significan lo mismo:
Si quieres saber si un proyecto merece la pena, el ROI te ayuda. Si te interesa saber cómo va la empresa en general, el ROCE es tu métrica.
Porque refleja si una empresa está sabiendo sacar partido a los recursos que tiene, sean propios o prestados. Un ROCE elevado y constante indica que el negocio es eficiente y sabe generar beneficios.
En cambio, un ROCE bajo o irregular puede ser una señal de que algo no va del todo bien, como decisiones de inversión desacertadas o problemas de gestión.
Sí, claro. Si la empresa pierde dinero con respecto a los recursos que ha utilizado, el ROCE saldrá en negativo.
Esto puede pasar por varias razones: caída en ventas, altos costes fijos, inversiones mal hechas… Si se mantiene durante mucho tiempo, es una señal que debe hacer saltar las alarmas tanto para inversores como para quienes gestionan el negocio.
Hay varias formas de que una empresa aumente su ROCE:
En resumen: se trata de hacer más con menos.
El nivel de ROCE varía mucho según el sector:
Por eso es tan importante comparar empresas del mismo tipo para no sacar conclusiones erróneas.
Depende del punto de vista:
Lo ideal sería que ambos indicadores estén en niveles sanos y sostenidos, porque eso refleja equilibrio financiero y buen manejo del negocio.
Como has podido comprobar, el ROCE es mucho más que una fórmula complicada: es un indicador clave que te ayuda a entender si tu empresa está utilizando bien sus recursos para generar beneficios. Aunque no es el único dato que deberías tener en cuenta, sí es uno de los más útiles para tomar decisiones con criterio, especialmente si estás pensando en invertir, pedir financiación o simplemente mejorar la rentabilidad de tu negocio.
Eso sí, interpretar correctamente este tipo de métricas no siempre es tarea fácil, sobre todo si no tienes formación contable o fiscal. Por eso, contar con el apoyo de profesionales puede marcar la diferencia entre seguir dando palos de ciego o tomar decisiones realmente acertadas.
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