En estos tiempos, “hacerse” un seguro de vida es algo muy normal. El motivo más habitual para contratarlo es proteger a la familia en el caso de que ocurriera el fallecimiento del tomador o si este sufriera algún tipo de invalidez.
A lo largo de este artículo abordaremos todo sobre este tipo de seguros, las diferentes coberturas que ofrecen, las clases que hay, las ventajas que reporta contar con uno y si merece la pena contratar un seguro de vida.
Es un seguro personal que, previo abono de una prima, garantiza el pago de una cantidad a los familiares del tomador de la póliza si este fallece o padece cualquier incapacidad. Es decir, es una protección económica para la familia en alguno de los supuestos mencionados.
Existen diferentes clases de seguros de vida con características propias:
El seguro de vida temporal se fija por un periodo de tiempo finito, que puede oscilar entre uno o varios días, meses, años o, en determinadas ocasiones, hasta cierta edad establecida. Por lo general, suele emplearse para cubrir necesidades específicas.
Si a lo largo del periodo estipulado en la póliza del seguro de vida no se sufre ningún percance, el asegurador no deberá pagar indemnización alguna y el tomador no podrá recuperar el dinero invertido.
El seguro de vida entero protege al asegurado a lo largo de su vida, independientemente de cuando se produzca su fallecimiento o incapacidad al indemnizar a los beneficiarios de la póliza.
Su prima siempre será igual (no cambiará según aspectos como la edad, la inflación, etc.) y se abonará de diferentes maneras:
El seguro de vida riesgo protege a los diferentes miembros de la familia del tomador si este fallezca. Su prima se paga cada año, y se calcula según la edad y el historial médico del tomador, además del capital que el mismo acuerde para la futura indemnización.
El seguro de vida ahorro combina la cobertura por fallecimiento o invalidez contemplada en un seguro de vida riesgo con las ventajas de un plan de ahorro.
En él suelen coincidir el tomador, el asegurado y el beneficiario y se percibe el capital que se ahorra durante el tiempo que dure la póliza, aunque al acabar se siga estando vivo.
Igualmente, se puede incluir una cláusula para que se abone el dinero ahorrado a uno o varios beneficiarios si el tomador fallece.
Hay diversos tipos de seguros de vida ahorro, siendo los más habituales los siguientes:
Contratar un seguro de vida permite, proteger el futuro a nivel financiero de “los nuestros”, para que tengan seguridad financiera cuando no se esté o se sufra una incapacidad.
Además, quienes contraten un seguro de vida ahorro pueden tener un “colchón”, ya que dispondrán de cierta cantidad “ahorrada” en el tiempo que haya estado activo el seguro.
El artículo 18 de la Ley 50/1980, de 8 de octubre, de Contrato de Seguro indica lo siguiente:
"El asegurador está obligado a satisfacer la indemnización al término de las investigaciones y peritaciones necesarias para establecer la existencia del siniestro y, en su caso, el importe de los daños que resulten del mismo. En cualquier supuesto, el asegurador deberá efectuar, dentro de los cuarenta días, a partir de la recepción de la declaración del siniestro, el pago del importe mínimo de lo que el asegurador pueda deber, según las circunstancias por él conocidas.
Cuando la naturaleza del seguro lo permita y el asegurado lo consienta, el asegurador podrá sustituir el pago de la indemnización por la reparación o la reposición del objeto siniestrado".
En caso contrario, el asegurador tendrá que pagar una sanción, además de los intereses propios de la demora.
Este tipo de seguro puede percibirse de tres modos:
Por lo general, el beneficiario debe tener al día el pago del Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
De lo contrario, hay otra opción: hacer una autoliquidación parcial por el valor de la póliza (se tienen 6 meses para ello).
Si la cuantía se cobra por un supuesto de invalidez, habrá que tributar en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en el ejercicio fiscal siguiente.
Así, se aconseja reservar, del dinero obtenido gracias al seguro de vida, el correspondiente a dicho IRPF.
Los problemas más comunes que el beneficiario se puede encontrar para cobrar un seguro de vida son los siguientes:
Nunca es tarde para comenzar a pensar en un seguro de vida, si bien es cierto que cada persona está en una situación única y tiene necesidades diferentes.
Es verdad que generalmente no se piensa en tener uno hasta que se tiene una familia y otras obligaciones, pero un seguro de vida es útil como prevención ante el fallecimiento del principal contribuidor económico del hogar y como una manera de ahorro para el futuro.
Por último, en los seguros de vida riesgo es importante tener en mente una serie de cosas cuando se toma la decisión de contratar.
Es esencial valorar la capacidad financiera que el tomador tendrá para hacer frente a las primas a lo largo del plazo establecido, dado que no habrá posibilidad de recuperar las primas ya abonadas.
Asimismo, también hay que considerar que en la mayoría de los casos el precio se incrementará a medida que aumenta la edad del asegurado.
El seguro de vida es una parte esencial de tu futuro financiero y es importante elegir la póliza adecuada que se adapte a tus necesidades y a tu presupuesto.
Hay que evaluar todo lo que ofrece la póliza escogida que te proporcionará la protección que necesitas y la tranquilidad de saber que tu familia está económicamente a salvo.
Sea como fuere, si se necesita la ayuda de un experto, en Asesorae podemos aconsejarte sobre los mejores seguros de vida sin ningún tipo de compromiso.
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